Yo… La Lluvia

Son ciudades distintas
La tuya y la mía…
Pero la lluvia es la misma.
Esa que se derrama
Besándome la piel
Mientras me recorre todo el cuerpo.
Luego se escurre sigilosa
Y me abandona,
Besándome los pies al despedirse.
Cae hasta el suelo
Y paciente espera a que el sol
Vuelva a secarla.
Se evapora, y le pide al viento,
Que es su amigo,
La lleve hasta allí, donde estas tú.
Te mira desde arriba,
Sin que apenas lo notes
Te mira y se sonríe, porque sabe
Lo que viene después.
Entonces insolente se derrama
Y te empapa el cabello,
Los brazos desnudos,
Todo el cuerpo.
Te besa en cada gota,
La lluvia insolente
Y tú, que todavía no sabes
Lo que consigo carga,
Le abres los brazos y sonríes
Exponiendo tus labios
Para que los bese yo.

Es el mayor secreto que guarda
No lo confíes a nadie…
Es mujer la lluvia.

#vitahayes

by V.H.

Poesía del Hambre

Durante meses, la distancia
nos ayudó a construir el hambre
con la que corrimos al encuentro.

¿Acaso has visto tú a un hambriento
cuando finalmente puede saciar, a una,
necesidad y deseo?
¡Aquello daba gusto verlo!

Fue tal el apetito… que hubiésemos
podido enseñarle al mundo
la verdadera poesía del hambre,
de no haber desaparecido.
Pero juro que no había nadie…
Tomó justo el tiempo de enganchar
nuestros miradas,
para vaciar Barajas por completo

#TrancasB

En el espejo de mi coqueta by Ada Hayes

Inefable

Pensó, desde su escondrijo, que “inefable” es lo que no se puede explicar con palabras. Llevaba toda la vida tratando de explicar algo oscuro como el amor y no terminaba nunca, porque el amor debe tener, sin duda, algo de inefable. Salió a la puerta de su escondrijo y siguió pensando que por extensión, “inefables”, ahora en plural, son los que no hablan, los que no se explican. No ya los sordos, que no hablan por que no oyen (calificados de forma lacerante como mudos). “Inefables”, en este sentido, serían los que saben del dulzor y del terror de las palabras pero callan porque prefieren el silencio y su laberinto que da vueltas y les invita a girar incesantemente sobre si mismos. Si se pierden en ese laberinto o se dejan seducir por él, pronto se darán cuenta de que avanzan por una estancia sin paredes, en la que cada paso que dan multiplica su profundidad y siempre pueden penetrar más y más hasta desaparecer, como si fueran discípulos de Chuang Tzu, profanando la delicada quietud de las mariposas. Entonces pensó en buscar otro escondrijo desde el que observar eso que llamamos, la realidad.

Juan Yanes

by Harry Callahan


COMO SI…

Del mismo modo que el sol hace sombra sobre lo animado y lo inanimado, y estas proyecciones -como si por un momento cobrasen vida- se cruzan, se tocan en un punto, caminan en paralelo y en un instante son y al siguiente dejan de ser… como completos desconocidos que descansaron mutuamente, sobre sus hombros, las angustiosas cabezas… así siento llegar tu sombra sobre mi cuerpo horizontal.
La veo subir por mis pies, hasta cubrir por completo mis muslos; parece detenerse un momento sobre las caderas, como si quisiera ejercer presión en mi vientre, como si hubiese olvidado la levedad de su condición. Vuelve a andar y se trepa sobre mis pechos, como si quisiera calentarlos, olvidándose definitivamente de su condición. Una vez llegado a mi cabeza, se detiene… y se deleita en el hecho de que ahora me cubre por completo; como si reclamara un territorio que fue suyo alguna vez, como si lo conocido pudiese volver a la vida, otra vez. Yo siento ganas de llorar -recordando tu peso sobre mí, tu rendición, tu olor- pero extrañamente sonrío. Quizás sea eso la risa, una forma de llorar, públicamente, sin que nadie lo sepa.
Entonces, inesperadamente, un rabo de nube viene a ocultar al sol… y tu sombra huye, escondiéndose debajo mío; como si le hubiesen descubierto las vergüenzas al amor, como si fuese posible hacerle añ corazón cosquillas. Y vuelves a ser mío… y me haces tuya… en un juego de sombra y luz, que es una de dos formas posibles que existen, de amarnos sin tocarnos. La otra, es a través de las palabras.

Vuelve a salir el sol…

#vitahayes

by desconocido

Del café y las risas que rompen el silencio

Desayuno unos huevos revueltos tan sedosos y perfectos, que al comerlos le hacen cosquillas a mi garganta… mientras mi niño, mi bello niño se aproxima por la espalda y me besa la nuca. Su gesto también me hace cosquillas en el cuello. Reímos ambos, yo más que él, mientras me dice: ¡sí!, eres hermosa… no abuses de ello. Toma su taza de café y marcha con una sonrisa igualita a la que me dejó pintada en el corazón. Vuelve el silencio. Ese silencio profundo de las mañanas de domingo… que sólo parece irrumpir las grecas, colando café. Y yo me pregunto: ¿acaso no será eso la felicidad?

*

For breakfast, I’m having scrambled eggs so silky and perfect that when I eat them they tickle my throat… while my boy, my beautiful boy, approaches me from behind and kisses the back of my neck. His gesture also tickles me. We both laugh, me more than him, while he tells me: yes!, you’re beautiful… but don’t abuse it. He takes his cup of coffee and leaves with a smile just like the one he left painted on my heart. Silence returns. That profound silence of Sunday mornings… that only the coffee pots seem to disturb, brewing coffee. Just to this point I wonder: isn’t that what happiness is about?

*
#vitahayes para #TrancasB

by desconocido

Cinco Actos y un Epílogo… La Guerra.

#TrancasB

I
La guerra se alimenta del miedo. Lo busca con hambre voraz, aun en los lugares más recónditos y alejados de su centro siniestro. Lo encuentra en el Caribe antillano, a once mil kilómetros de distancia y trece horas de vuelo directo sin escala, treinta en una aerolínea regular.

II
Ayer, a eso de las tres de la tarde, llegaron al hotel dos autobuses con cincuenta y cuatro pasajeros rusos, cada uno. Ataviados con pantalones cortos, camisas demangadas y lentes de sol… ciento ocho rusos en sandalias, con sus vacaciones pre-pagadas desde hace más de un año, diseminados por toda la playa, brindan risueños en la efímera paz provista por sus piñas coladas de alcohol barato en vasos plásticos. Estos van a dar guerra, pero de otro tipo.

III
En la República Dominicana, de acuerdo con las estadísticas del Banco Central, los rusos representaron el veinte y dos por ciento…

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