Archivo de la etiqueta: Vocablo

CUESTIÓN DE SESEO…

(… a Dani Grustán I.)

Hace poco he leído por primera vez la palabra «Zancochero»… y fue tal la curiosidad que me provocó, que terminé aproximándome al diccionario en busca su significado. Dicho vocablo es utilizado como sinónimo de «Cotilla», que a su vez designa a todo aquel que gusta inmiscuirse en asuntos ajenos. ¡Venga! Un entrometido, un chismoso. -Entonces, comienzan a resonar paralelismos en mi cabeza-.

Inevitablemente, y como buena dominicana que soy, fue imposible ignorar el enorme parecido que «Zancochero» tiene con uno de los platos insignia de la Gastronomía Dominicana: el adorado «Sancocho» -suculento cocido de diversas carnes y viandas en abundante caldo y esencias aromáticas, situado entre una mezcla de sopa y cocido-. Y como una cosa va llevando a la otra, encontré además que en otros lugares del mundo llaman «Sancocho» a las comidas que están mal guisadas o incompletas. Nada más opuesto al uso dado en Dominicana.

Casi por casualidad, encontré también la «SopaBoba», la cual nace para nombrar al caldo compuesto de las sobras de comida de los conventos que, en acción de caridad, se repartía a los pobres… y que en República Dominicana define a una sopa sencilla, de pocos elementos, casi siempre compuesta por ajo, papas, cilantro y fideos -muy utilizada para restaurar el estómago en momentos de malestar y aportar energía de los carbohidratos y, en su ausencia de proteínas, caracterizada precisamente por ser bastante ligera.

Resulta que SopaBoba tiene más de un significado: además de ser sinónimo de «estar de gorra» -es decir, tener por hábito vivir a costa ajena-, es también sinónimo de «Bodrio» -utilizado como término a todo tipo de conjunto mal compuesto o de mal gusto, especialmente en el quehacer intelectual-. Y es considerado un insulto en algunas localidades del viejo mundo.

Pero volviendo a los vocablos que nos ocupan: «Sancochero», desde una perspectiva coloquial, vendría a ser el dominicanismo que nombra a todos los que somos amantes del Sancocho, mientras que su homólogo, el «Zancochero», a aquellos aficionados a los chismes. Ambas cosas profundamente enraizadas en la cultura e idiosincracia dominicana.

De ahí que, la próxima vez que ande de este lado del charco Atlántico, -partiendo de la costumbre americana de sesear las palabras que llevan la letra «Z»-, habría que tener muy en cuenta la próxima vez que una conversación coloquial, alguien le llame «sancochero». Pues bajo una intensión discreta, en lugar de alabarle una afición, bien podría tratarse de un insulto… y usted, por ignorancia, terminar agradeciendo el agravio, sin sospecharlo siquiera.

#vitahayes

by VitaHayes