Como la Cigüapa…

 

(… a todos esos que se parecen a ti, sin ser tú)

 

Disfruto tanto los momentos en donde la ignorancia continúa siendo una bendición. Esos, donde todo permanece tal cual lo había imaginado: tus ojos, tu boca, tus manías… todo, menos tus palabras. Tus palabras ya las hice mías, les puse mi nombre y apellido y, sin moño rosa ni ridiculeces varias, me las regalé. Tengo la mala costumbre de adueñarme de aquello que no me pertenece… y soy tan feliz imaginándote deliciosamente perverso, justo a la medida de mis necesidad.
Luego viene la desilusión, la carne, los huesos… la realidad aplastante o más bien cortante, que te atraviesa, que te asfixia. El asedio, el cansancio y la maldita rutina que nunca se queda. Es justo en ese momento cuando decido marcharme y comienzo a caminar de revés, instintivamente, como la cigüapa.
Pero, en aquel preámbulo de fantasía, soy tan feliz…

Una y otra vez me clavo solita el corazón. Cuestión de malas mañas.

Vita Hayes (V.H. para T.B.)

 

by Maxim Chelak 01
by Maxim Chelak