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La Noche Está Viva…

El cansancio y la tristeza no han de impedirte la claridad en el buen juicio, o la piedad al momento de alimentar a cualquier criatura de la noche que, hambrienta, te suplique piedad en un momento en que la soledad matiza cada momento de tu vida. Pero, ¡cuidado! Estos seres impiadosos muerden. Las enfermedades que pueblan su consciencia, y sus acciones, son infinitas y no conocen fronteras. Penetran debajo de tus uñas. Conocen todos los rangos y las formas y los colores del dolor. La noche está viva.

Rubén Lamarche

by Fernando Oliva
by Fernando Oliva

 

Acontecía así…

«¿Qué le importa la condena eterna
a quien ha encontrado por un segundo lo infinito del goce?»
 Baudelaire

Nos amábamos…
hasta el límite donde la súplica se vuelve cansancio.
Y mientras la piel, trémula, recuperaba su paz,
nos amábamos a verbo y besos,
hasta que las carnes volvían a incendiarse
con el ingrávido roce de una mirada.

Aquello era volar…

TrancasBarrancas

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by Anne Barlinckhoff

Bacanal II

 

Y te detendrás en medio de las calles…
lo gritarás a todo pulmón
… y no te harán caso.
Entonces, pensando que no te escuchan
pedirás prestado altavoces
con qué proseguir tu odiosa tarea
… y no se darán por aludidos.
Lo proclamarás pues,
puerta por puerta,

susurrando en sus oídos ensordecidos
… y culparán a otros
a esos mismos que de ellos salieron.
Y te morirás de cansancio y de rabia,
gritándole a los cuatro vientos,
completamente solo…
Hasta que un día vean la mesa ataviada
y se pregunten dónde está la cena.
Entonces recordarán tus palabras:
“al puerco gordo, tarde o temprano,
siempre le llega su navidad…”
mientras son devorados por sus propios hijos.

©V.Hayes  (2013)

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by Piquico

¡Maldita Apatía!

La indiferencia de la gente me empieza a rallar en lo ridículo… ¿Cómo se puede ser tan insensible a la necesidad ajena?, cuando tan sólo una palabra a tiempo puede brindar la luz que se necesita.
¡Qué mezquino somos los seres humanos! ¡Qué hijos de puta!, diría un amigo. Cada día aumenta el cansancio… y con él la ansiada soledad. 
Lo único que me salva del desconsuelo es saber que tengo pagadas todas mis deudas con la vida… y quien se sienta que todavía le debo algo, que haga la fila y espere a que me importe.

Trancas Barrancas