(… a L.L.)
1. Deténgase frente a ella. 2. Ayúdela a incorporarse del asiento sin perder ese gesto agridulce que la confunde. 3. Rodéela con sus brazos hasta que todo el peso de su melancolía descanse sobre la espalda de ella. 4. Levántele la barbilla suavemente, sin dejar escapar el desconcierto que la consume, hasta arquear su cuello ligeramente hacia atrás. 5. Como nunca la han besado en la vida… ¡Bésela!
Instrucciones para levantar un incendio sin cerillas.
#TrancasB
«¡Oh Pasión!, tenías que llevar su nombre…»
V.H.
La contemplo largo rato, cuando por fin se aquieta y parece dormida. Suspiro. Quisiera que fuese tantas otras cosas, ¡pero no! Ella es quien es. Y sabe a qué ha venido. Por momentos me acerco, buscando un poco la ternura que añoro… y ¡ay amor!, al intentar asirla vuelven a incendiárseme los dedos.
Por lo mismo concluyo que la pasión no se toca… a menos que desees consumirte en su fuego. Contra ella, sólo el hambre puede protegerte… cuando tu propia carencia te seca como un leño olvidado al sol… para que su llama se alimente de ti, hasta agotarte por entero. Ésta es la única necesidad que admite. Tributo que pago a sabiendas de que al pasarme factura, llevará consigo todo.
Heme aquí…
aprendiendo a sofocar el oxígeno
de tu incendio en mi vida,
con nuevos fuegos.
TrancasBarrancas
Un incendio,
disfrazado de cenizas,
llama a mi puerta.
Da la apariencia de ser
completamente inofensivo,
de estar extinto…
Un viejo incendio,
yace detenido
impaciente en el vano
de mi puerta,
esperando tan sólo
ese soplo de vida,
para volver
a consumirme por entero.
TrancasBarrancas
Ella era así… inconfesable.
Con tal de encender su cigarrillo era capaz de valerse de un incendio.
TrancasBarrancas
A Trancas y Barrancas 