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Día de Reyes…

El Caribe Trasplantado

Supo que no vendrían los Reyes cuando intentó rascar el hielo del suelo, en busca de la hierba para los camellos. Aún así, lo durmió la esperanza. – Miranda Merced

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Me levanté con unas brisnas de hierba pegaditas a blusa, rastros de saliva en la cara y una fe pequeña latiendo en el pecho. A pesar de lo que dijo mami, existían y no se habían perdido en la oscuridad. Aunque no me habían dejado nada material sus camellos besaron mi mejilla y ellos velaron mi sueño durante la oscuridad de la noche que tanto miedo me da, como pedí. – Lynette M. Pérez
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Seguían los Reyes la estrella para postrarse ante la belleza de la vida, y llegaron a ti… – Ángel Urbina C.

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Soñé que viajaba por un camino de tierra con altos árboles a los lados, volaba rápido con cierta sensación de ingravidez, a lo largo del camino surgieron unas figuras, figuras que en un principio no reconocí. Me asusté, pero en pocos segundos me di cuenta de que eran gacelas… gacelas que parecían pintadas por el Greco, gacelas muy bellas, y sentí paz, mucha paz y me sentí bien, por fin. ( la magia existe) – Beatriz Mackinlay G.

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Caminando entre campos de flores silvestres, volví al mundo de mí infancia donde todo era de grandes dimensiones y dulces sabores, juegos y cariños sin temor y sin pudor. El pan nuestro de cada día, la gícara de agua y el aroma a lápiz recién pulido; crayolas deslizándose por hojas y hojas blancas, y el olor que dejaban por las tardes los higos del patio de mi casa. De todo ello desperté al sentir sobre mis medias los cardos del atardecer. – Eugenio Rivadeneyra
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¿Por qué reservar a una noche tan solo en medio de trescientos sesenta y cinco días el derecho a la magia, a la ilusión, a la espera, sigo preguntándome? Aún así acompaño en mi nostalgia a Papá y los hermanos a por hierba al campo para los camellos y una bandeja con dulces varios preparado por las fértiles manos de Mamá con tal de hacer de este nuevo intento un canto de esperanza. – Zaida Giles de Quirós

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No había visto los Reyes Mago hasta los 6 años menos 2 días… Mis padres y yo procedíamos de un cortijo. Se mudaron a un pueblo de Valencia unos meses antes. ¡Y allí supe por primera vez de que existían! Yo los ví sobre camellos y con pages. Me llevaron a mi primera cabalgata. Desde entonces y por los regalos que dejaron, creo en la magia de vivir a mis 63 años menos 4 días. – Marisa Bermúdez
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Desconocía la tradición de los reyes, pues el Santo Clo’ era el fuerte en aquel pueblo donde crecí. Si todos los niños sólo pedíamos a Santo Clo’ nuestros regalos pero sabía de los reyes, como aquellos de Oriente que vinieron llenos de Oro y Mirra a ver a Jesús nacido; hasta que papá nos llevó al campo a visitar unos parientes en día de reyes.

Mis hermanos y yo, fuimos por los alrededores a jugar, cuando de pronto divisé una cabaña y me acerqué. Habían niños alrededor de una rústica mesa, ellos al verme me invitaron a pasar, ofreciéndome miel criolla, cajetas de coco y almíbar de papaya del que los Reyes dejaron a su paso por su vieja y paupérrima choza. Ese dia comí las cajetas de coco más ricas en toda mi existencia mientras en mi mente pensaba que aquello era un cuento y una ilusión, que los reyes no podían haber traído tan ricos víveres. Hasta que de pronto, miré tres camellos pastando a lo lejos, mientras los Reyes danzaban alrededor de un fogata .

Ese día conocí la magia de la antigua tradición de los reyes magos. – Dinah Sedivaneb

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Reyes Magos, los ví hoy en el cielo bajo la luminiscencia de la luna redonda cabalgando en sus camellos. Venían de Oriente, pero no pararon en mi casa, siguieron para la de mi nieta y ella saltó de contento porque le dejaron a la hijita de la camella de regalo. Mi nieta la trata con ternura. Por ahora es su bebé-camella. – Julia del Prado

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Yo sí creo en la ilusión! Me levanté y los vi cerrar la puerta del balcón… ¡¡Lo juro por Dios!! – Josep Portell P.

 

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Como estrella que se apaga y aún después de muerta alumbra… así es la ternura. ¡Si lo sabré yo que serví de guía hasta el pesebre! – Orli Peña

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Estrella by Orli Peña
by M. Orli Peña

Amonestaciones… I

…para un miércoles sin cenizas.

Construye un refugio
tan seguro y cerrado como te sea posible.
Métete dentro,
y aguarda agazapado cuanto creas necesario
… pero luego abandónalo.
Sal de allí como quien huye del pavor de la noche
y muestra tus heridas desnudas a la luz del amanecer
para que las bese la brisa.
Cuando vuelvas a sentirte tranquilo, toma un hábito
y repítelo tantas veces… hasta convertir aquello
en una verdadera tradición.
Traza los límites,
abaliza,
demarca,
cuadra
y antes de que los hijos de tus hijos
hayan olvidado el porqué de todas tus razones,
toma todo aquello y destrúyelo…
cual «Piedra de las Confesiones»,
quiebra cada cimiento,
traspasa todos los linderos,
quebranta las leyes que impusiste o te fueron impuesta.
Pues sólo así volverás a ser hombre,
perfecto a su semejanza.
Sólo así… volverás a ser libre.

Trancas Barrancas

by Oscar París
by Oscar París