Del Café y el Instinto…

«Cuánto nos puede confundir el amor…»
V.H.

El que dijo que la justicia es ciega, no conoció al amor. Ese sí que no sabe de distinciones a la hora de ejercer su influencia sobre nosotros; razón por la cual vamos encontrando por la vida todo tipo de enlaces que, cuando menos, nos dejan patidifusos. Imaginamos, hablando como cosa de locos, que eso que llamamos amor es poco más que el mecanismo del cual se vale la naturaleza para garantizar la prolongación de la especie… pero, dejando a un lado los fundamentos y mecanismos biológicos que ocurren dentro de un cuerpo enamorado, lo cierto es que cuando acontece el hecho, las hormonas de la felicidad se nos alborotan y nuestro cerebro pasa a una especie de «ilimitada» euforia que nos mueve por la vida como quien camina sobre nubes. ¡Venga!, cuasi zombies. Todo el asunto es más que agradable, y hasta bueno para la salud físico-emocional del individuo que lo padece. Ahora bien, como sucede con otros opiáceos, el efecto no dura lo suficiente… y pasado un tiempo volver a este estado de éxtasis inicial parece cada vez más cuesta arriba. Sin importar con cuánta vehemencia se persiga ese primer «high», el tiempo en la cima es cada vez más corto y la caída hasta el fondo, más aparatosa.

¿Qué tiene todo esto que ver con el instinto? Pues bien, mucho antes de que nuestro cerebro tenga el chance de lucubrar teorías, deshacer entuertos y develar conspiraciones, hay una vocecita, que suele activarse en aquellos casos donde el peligro es inminente, a pesar de que nuestros ojos permanecen cerrados a la realidad (no se olvide que el amor sigue estando ciego). Entonces, cómo es posible que si todo parece perfecto, llegado el tiempo justo, los astros alineados, las oraciones contestadas, la persona adecuada, los intereses clavaditos de tantos y tan comunes que son, si todo fluye y en todo lo bueno, lo bello y lo amable se recrean los ojos y hasta el corazón… cómo es posible que por momentos -cual pequeños retorcijones en las tripas- nos lleguen esos «flash» de duda, que tanto intranquilizan la mente, a pesar de no tener una aparente explicación. Es el instinto, mi hermano… el instinto que empieza a desperezarse y bosteza, para luego -si usted no le pone asunto-, gritarle a voz en cuello como fanático en estadio.

¡Sí!, el instinto lo creó quien sea que en la naturaleza le tocara la función de llevar la contraria… a fin de que el amor no termine llevándoselo todo, hasta la poca dignidad que nos queda. El instinto, tan basal, tan primitivo, es el primero en darse cuenta que algo no encaja en el perfecto puzzle del amor; que existe una red, un abismo, una trampa, esperando silente, a media luz. Es el único con el poder de ver en la más absoluta oscuridad, o cuando la brillante luz del engaño parece encandilarnos los ojos. El instinto no es miedo, aunque del miedo se valga… es mas bien supervivencia.

Así que la próxima vez que todo parezca «perfecto», pero aún así sienta esa punzadas, acuérdese de su amigo el instinto y por lo que más quiera… ¡deténgase!,  reflexione y hágale caso. El tiempo… el tiempo terminará por demostrarle que iba usted por el camino equivocado y, si no es muy tarde, una vez más habrá salvado el pellejo.

¿Y el café? Bueno, el café nos lo fuimos tomando mientras escribíamos esta reflexión, que no persigue otra cosa más que hacerle saber -en caso de «haber metido la pata hasta el cogollito»- que no está sólo y no es el único ni el primero ni el último… que no todo se ha perdido… y a veces es mejor comenzar de cero; que la culpa no es enteramente suya, aunque así lo sienta, porque el amor es como ese angelito regordete y caprichoso, que se agrada en las travesuras que nos juega en cualquier sueño de una noche de verano… y a cuya volubilidad estamos sometidos queramos o no.

Amig@ Tranquer@, la próxima vez que el instinto le susurre al oído, invítelo a tomarse una taza de café con usted y charlen… cuando menos, tendrá la mar de cosas interesantes que contarle, porque el instinto es viejo, es viejo y es diablo… estuvo aquí antes de que usted llegara a este mundo y seguirá estándolo luego de que a nosotros nos toque partir.

Le deseamos que el cambio de estación le sea leve… y que no falte nunca esa tacita de café con la que celebrar la llegada del Otoño (Norte) o de la Primavera. Por cierto, ¿Café?

TrancasBarrancas

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by Evert Lundquist, The Cup

Caja de Gusanos II

Con anterioridad había dejado todo dispuesto para el momento en que, expirado el último aliento, yaciera inerte. «Mi cuerpo no será comida de gusanos. ¡No! Seré cremado. Desde el acantilado, remontaré el viento del norte y mis cenizas irán a descansar bañadas de espuma, por el cálido océano. No habrá tumba ni lápida ni nombre… libre al fin».
Pero claro, en la incertidumbre misma de la vida lo único seguro es la muerte… y nada más. Después de todo, una cosa dice el burro y otra, el que lo apareja. Mi cruz es la tercera, de derecha a izquierda.

#FJGonzález

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by Orli Peña

Caja de Gusanos…

(… a Inad)

Cada cual lleva dentro de si una caja de gusanos. Algunas más ataviadas y prístinas… otras,  ostensiblemente manchadas con desdén y olvido. Apercibidas de su realidad e inquisitivas… o completamente anodinas e indiferentes. Contradictorias en si mismas… unas que quieren pero maltratan, otras que temen y aun así cuidan. Unas más viejas -teñidas las canas y embadurnadas las arrugas-, otras menos usadas con olor a frescura y juventud -como si dentro guardasen sólo pieles amarillas de los limoneros de Amalfi-. ¡Pero no! Son gusanos… gusanos que esperan sin prisa, adormilados, latentes… porque saben que tarde o temprano serán los únicos en el escenario, los últimos en abandonar teatro, los que marquen los compases finales y dejen caer el telón.
Mientras tanto, es sólo cuestión de pretender ingenuidad y seguir pensando que se trata de mariposas al sentir el retorcijón entre las tripas… cuando lo cierto es que bien pudiera ser el bostezo de los gusanos.

V.H. para T.B.

 

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by Rick Chapman

 

Contrapunto…

Larvas, vida arrastrada, larvati; la oruga joven es el tiempo de adaptación del hombre, la oruga en su última fase es el hombre derrotado, que debe ejercer su rastrera posición hasta el final. La crisálida o vejez, sólo algunos movimientos imperceptibles encapsulados, la muerte que asoma. El capullo o cripta, la tumba donde se recoge la materia, el caos panspérmico donde la energía, lejos de destruírse, se transforma. La ruptura del hilo de seda, Icaro y Ariadna. La metempsicosis final, la elevación espiritual del alma en coloridos extremos. El vuelo de la mariposa.
– ¿Gusanos?
– ¡Sí!, todo ésto fue un sueño.

Inad

mariposas
by desconocido

El Beso…

¿Hasta dónde dijiste hay que contar para que comience a hacer efecto?
#TrancasB

rana
by desconocido

Ella dice que me quiere… pero yo no la creo.
JcBrenny
*

De aquí no me muevo hasta nuestro próximo café…
Silvia Cayetana
*

Por favor no mas besos !!!…no soy tu princesa encantada 🐸
Patricia K Deschamps 
*

Era un má rano.
Dani Grustan Isabela
*

¡Tu sigue besando, yo me encargo de contar!
Orli Peña
*

Cuando abra las piernas saltaré y conocerá los placeres más intensos que mi lengua produce.
Jaime Zubeldia
*

El quid del asunto, amor mío, es la constancia. ¿Tirar la toalla yo? ¡Jamás! Prosigamos…
Ada Hayes
*

Explícame otra vez… ¿por qué tengo que pintarme de azul?
Francisco González
*


Mierda, con estos ojazos que tengo y no hay nada que ver….
Pablo López
*

Ojalá te quedes sapo , estoy cansada de verte convertido en príncipe!
Dina Benavides Carcamo
*

Mejor vivo escondida. Los humanos están locos, se matan y maltratan. Destruyen los árboles y ensucian sus aguas. Son unos salvajes imposible de adiestrar.
Miranda Merced
*

¿Manicura?… ¿Qué es eso?
Eugenio Rivadeneyra
*

Se va a liar…s e va a liar… ¡yo no fuí!!!! ¡Lo juro!!!
Beatriz Mackinlay Guernica
*

Aquí me quedo, que al otro lado están los ellos.
Aradia Cassandra de Hyde 
*

Un simple roce, labio con labio,y aumenta lo morganático. Me niego. ¡Viva la Repúbica!
Luciana Garcés Sánchez
*

¡No me creo lo que veo!
María Zuckerberg
*

Princesa, soy fan de tus besos lentos y con mordida. ¿Me firmas los labios?
Maria Daloisio
*

Hace efecto desde antes de darlo o recibirlo.
Como decimos en el barrio: se nos salen las babas imaginándolo».
Jovino Gonzalez
*

Ésta espera ya es tan larga que me siento como: «Esperando a Godot».
Susana San Juan
*

Mírame a los ojos que te voy a hipnotizar!!!
Lucas Otero
*

¡Me comería el mundo pero temo me resulte indigesto!!!
Gloria Gayoso Rodriguez
*

Si me besa me convierte en sapo.
Angel Urbina Chirinos
*

 Mmm, ¿estas seguro que eres un sapo?
María Mateo
*

Si lo sé sigo siendo huevo…
Zaida Giles de Quirós
*

rana

 

Apuesta a mí…

A mi derecha se organizan las nubes y se ennegrece el cielo… no llueve, pero los truenos no esperan por nadie. A mi izquierda, el azul es tan prístino que el verano parece arribar en lugar de marcharse, nada lo disturba. Es lo que tiene estar al centro, con un simple giro de cabeza se desciende a la profundidad de la tormenta, o se remonta hasta donde nada parece importante.

¿Quién ganará?
¡Yo!
Yo ganaré…
Tú, apuesta a mí.

#TrancasB

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by Olli Kekalainen

Mire de nuevo…

Yo no sé usted, pero en este Rothko del 1961 nosotros vemos claramente un par de pezones, el miembro viril erecto de un melancólico y unas nalgas de muy buen ver, todavía no afectadas por la acción gravitacional… si usted no lo ve, busque bien.
Pásese toda la noche revolcado en su morbo de niños destripados por las bombas, mujeres de ojos violetas y perros ahorcados… y denuncie el dibujo. ¡Sí! a usted, que lo escandalizan más un par de pechos generosos que dan de comer al hambriento… que el «rack» de costillas secas de un famélico niño.
A usted va dedicado este magistral Rothko, con sus culos, tetas y cojones al descubierto…
¿Cómo?
¿Que todavía no le ve?
¡Mire de nuevo!

#TrancasB

by-rothko-1961
Rothko 1961

How to Disappear… (Inglés)

 

In order to disappear without a trace
It is handy to have the top hat of a retired magician…
or the black hole of a white rabbit,
who’s obsessed with blonde chicks and time.
An aerostatic balloon, parked in a field of Kansas
on a stormy day…
or that infamous triangle at the Caribbean
who knows nothing about love or “Ménage à trois”.
Perhaps a mirror…

But I,
I prefer the throbbing moisture of your well,
so deep… in which I dispelled
and from where I return, only with the intention
of disappearing
… again and again.

*

Cómo desaparecer…

Para desaparecer sin dejar rastros
conviene tener a mano el sombrero de copa
de algún prestidigitador retirado…
o el agujero negro de un conejo blanco,
obsesionado con las rubias y el tiempo.
Un aerostático aparcado en un campo de Kansas,
en un día de tormenta
o aquel infame triángulo caribeño,
que nada sabe de amores ni de “Ménage à trois”.
Quizás algún espejo…

Pero yo,
yo prefiero la humedad palpitante
de tu pozo profundo,
en donde me disipo
y desde el cual regreso, con sola la intención
de volver a desaparecer
… una vez y otra vez.

©Jc Brenny

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by Alicja Pietras

Metamorfosis

Las mariposas de Jolonch
mutaron en deliciosas almejas
que también fueron a morir
a la boca de algún estómago,
mas que hambriento, enamorado.

La transformación de Samsa,
le confinó a vivir en la brevedad
de una ventana y un sillón…

Y yo… ¿dónde terminaré una vez
hayan caído la venda de mis ojos,
las recias escamas de mi piel
y este muro que por años levanté,
cuidadosamente,
alrededor del corazón?

Trancas Barrancas

by Jolonch
by Jolonch