(de E.R.P.)
… pero es cierto:
Todas tenían algo de ti.
JcBrenny
(de E.R.P.)
… pero es cierto:
Todas tenían algo de ti.
JcBrenny
Mi noticiero son mis amigos
lo que gustan, lo que aman
lo que desprecian y les molesta
sus versos, sus risas,
la música con la que buscan
llenar mi corazón…
La desdichas que les conmueven
las frases que les motivan
sus sueños, sus llantos
el café amargo de mañana
y tu cuerpo, entibiando
la frialdad de mi espacio…
Nada más requiero,
para saber que el mundo
seguirá girando.
Jc Brenny (2013)
«… the show must go on.»
( a Dña. Blanca Miranda M.)
Vuelve a imponerse
el peso de la pluma
sobre la espada…
muerto el dragón,
sin fuego,
proseguimos el ceremonial
de la vida.
Siempre un poco más tristes
que al comienzo.
David derrota a su gigante
pero le va quedando menos carne,
cada vez.
JcBrenny (Abril 2013)
Muero por asomarme nuevamente a su oreja…
respirar-le vida
mientras su lóbulo y mi lengua
estrujan preámbulos mutuamente.
Mas debo conformarme con susurrarle amores en la brisa
que ella transforma en versos…
sin comprender a penas de dónde vienen
… esto de estar muerto, ¡es tan inconveniente!
©Jc. Brenny (Marzo 2013)
“Daysi Chain” *
La mujer, el vecino, la mejor amiga, el marido, la mucama y el enano.
©JcBrenny (2012)
* Cadeneta
( … a Pilar Lamas)
Los ojos terminan por ver aquello que les permite el corazón…
Jc Brenny
Todo estaba dispuesto según la rutina que con el tiempo parecía haberse establecido a sí misma: la ventana abierta de par en par, la taza humeante de café negro, el bloc de notas del portátil en blanco… todo en su lugar esperando a que las musas volviesen a llenar la voz que le habita los dedos. Sólo que esta vez esperó… esperó y continuó esperando por días enteros como si las horas se hubiesen detenido justo encima del maltrecho escritorio. Buscó la inspiración por todas partes y nada… ni en los paseos, ni en la música, ni en los releídos versos de sus grandes maestros… ni en la vieja sonrisa de su amor de siempre, ni en sus visitas virtuales por los grandes museos… ni en las impactantes noticias de un mundo en decadencia, o en el cotilleo incesante de los viejos vecinos, ni en los pechos morenos de su amada de turno, ni en el propio dolor tantas veces trasmutado… ¡nada!
Lo intentó todo, pero ni una sola frase coherente vino a llenar el vacío que parqueado frente a él le sostenía la miraba. Entonces supo que finalmente había concluido.
Había un placer intrínseco
en ser quien escribía los versos.
Oírselos recitar desde mi anonimato,
y a escondidas,
ser testigo de los suspiros que nacían
cuando susurraba a otros oídos
cada palabra que tallé para su boca.
Un placer tan inmenso, extraño, e irrisorio…
que sólo un payaso como yo podría entenderlo.
©JcB (2013)
La bala que lleva mi nombre…
anda por ahí, perdida.
Se sueñan mutuamente… Él la pregunta cómo han quedado las cosas tras el paso del huracán y ella le dice que en el temor vivido su recuerdo le dibujó una sonrisa. Se abrazan, como queriéndose infundir el valor negado. Se besan, con la avidez de quienes renuncian al mañana… y al despedirse, cada uno regresa a su respectivo lado de la cama… a orillas opuestas de Las Azores, donde siguen habitando los escualos.
Jc Brenny para T.B.
Llegó extenuada de la calle y comió poco, de pie y con algo de prisa, la comida que no tuvo oportunidad de probar al mediodía. Se recostó a mi lado, en silencio, mientras me convidaba a una galleta de avena con pasas para la cual sí conservó algo de apetito. Colocó su cabeza tan cerca de la mía, que podíamos escucharnos la masticación el uno al otro, y sentir las quijadas rozarse entre sí… necesitaba calor, yo sonreí.
Siempre que se recuesta de mi pecho, se queda dormida instantáneamente, como un reflejo casi infantil, como si la madre la hubiese acostumbrado a dormirse en su pecho tibio todas las noches… ¡quién sabe!, quizás sí… pero llevaba puesta todavía la ropa de la calle.
No quería despertarla, luce tan serena cuando está dormida… tan serena como aquella primera noche que mis ojos se posaron en su rostro de niña. Temía despertarla, así que delicadamente transferí su cabeza al almohadón de plumas… y despacio desabroché su sostén, -porque sé que compra una talla más pequeña que la suya, aunque nunca lo ha admitido-, apenas sintió nada.
Bajé el volumen del televisor, apagué la luz principal y coloqué el ventilador estratégicamente para que la brisa la refrescara, sin darle de lleno en la cara; luego me alejé tres pasos, del borde de la cama, para contemplar extasiado… a mi ángel dormido.
©Jc Brenny (2013)
Siento lástima por aquellas personas que, por voluntad propia, se someten al martirio de vivir en una sociedad hacia la cual sienten un profundo desprecio…
JcB
Maldigo este infierno
que he abrazado
por voluntad propia.
Este dormitar
en el centro mismo
de la bestia,
amamantándome
con la leche
que producen sus entrañas
… mientras regurgita
mi odio y mi desprecio.
Convivo con sus cadáveres,
me visto con su podredumbre,
vomito su odio,
exudo su hedor…
Ciertamente me repugna
en lo que me he convertido:
un parásito que de ella
se alimenta.
©Jc Brenny (2013)
Cuando en todo
veas oculto el engaño
la hipocresía del mundo
la mentira…
sal corriendo
y sin pensarlo antes
lávate los ojos con lejía
o rompe de una vez
ese maldito espejo…
… te estás quedando ciego.
©Jc Brenny