Archivo de la etiqueta: Lengua

Su Muso…

Muero por asomarme nuevamente a su oreja…
respirar-le vida
mientras su lóbulo y mi lengua
estrujan preámbulos mutuamente.

Mas debo conformarme con susurrarle amores en la brisa
que ella transforma en versos…
sin comprender a penas de dónde vienen

… esto de estar muerto, ¡es tan inconveniente!

©Jc. Brenny  (Marzo 2013)

sumuso
by desconocido

Nuestro Beso…

Tú,
a la distancia de unos ojos cerrados
que te vuelven a mí,
en un gramo de ti que me intoxica
… mordisqueando mi boca
y tus dientes
¡Oh!, tus dientes.
Tú,
costándome
aun el vacío que llevo en los bolsillos,
viviéndome
como si el tiempo no importara
y la sangre se hubiese detenido.
Pero sigues aquí…
¡y lo sabes!
Leve
etérea
florando, mientras
cada vez me hundes más en ti.
Gravitas
en esta fábula que construyo
de tu lengua.
¡Oh!, tu lengua.

© Jc.Brenny (Enero 2012)

 

nuestro-beso
by desconocido

Morena…

Yo no me creo tu boca, morena…
ni esa bemba de carne encendida
y de dientes hincados
cuando me piensas;
de lengua juguetona con aroma a guayaba,
que te invita a morderla.
Tampoco me convence
tu piel de tamarindo, morena.

Quiero paleta en mano,
los tonos irisados del sol cuando te besa.
Ver si es rosado tu encanto…
o viscoso el sudor que destilas, morena.
Saber si es cierto aquello
que me dijiste un día:
«todo aquel que me probó… regresa.”

©JcB para T.B. (2013)

mujer
by desconocido

 

El Escritor

El escritor se alimenta a través de todos los sentidos. Se inspira en la belleza que ven sus ojos. Cuenta las historias que llegan a sus oídos. Transcribe lo que el tacto dictó a su corazón. Los recuerdos que a su mente traen los olores y las sensaciones que despertó cuando utilizaba su lengua para tatuar versos en piel ajena. Lo único que puede impedir a un escritor su arte, es la muerte. Porque hasta la locura encuentra en él abrigo.

‪TrancasB‬arrancas

by Chema Madoz
Fotografía de Chema Madox

Y un «quiero» que sabía a chocolate negro

Cuando le hablaba, ella cerraba los ojos y se relamía los labios constantemente… como si algunas palabras viniesen revestidas de exquisitos sabores que podía libar en su lengua. La palabra «tú» sabía a miel de arce, «luna» tenía los aromas suaves del Alvariño, mientras que «quiero», venía revestido de un intenso sabor a chocolate negro. El extraño fenómeno no parecía ocurrir con todas las palabras pero sí con una buena parte de ellas, las suficientes como para volver la lectura de algún breve relato en una fascinante aventura sensorial. Antes de confesarme su padecimiento, tales reacciones me resultaban por demás inquietantes; pero, fuera de la sorpresa inicial que me produjo, no podía ocultar el sentimiento de fascinación que me producía su inusual forma de sinestesia.

Trancas Barrancas

by Legna Osorio
by Legna Osorio

Nada tan dulce…

Probar su sexo es comerse una manzana de oro en almíbar. Te seduce, te llama por tu nombre, te come la oreja dulcemente hasta volverse irresistible. Entonces le muerdes… y la viscosa suavidad de su almíbar anestesia tus labios, para que no sientas cómo la semilla va hincando sus púas en tu carne. Luego viene el dolor -agridulce- y juntamente con él, el irresistible deseo por más. Su olor a canela y clavo echa raíces en tu boca… atrapando tu lengua y sus papilas. Confundido, no sabes si detenerte o continuar. Te encuentras solo, ante la imperiosa necesidad de calmar un hambre que no se sacia, que no mengua, que no tiene fecha de caducidad. Jamás conocerás una fruta más exquisita, abrumadora o deseada.

M.A. para T.B.

Humedad

La humedad, en contra de lo que se piensa, no puede ser comprendida en su totalidad. Precisamente por eso no tuvo más remedio que arriesgar, abandonar su estrategia de hermetismo, y abrir alguna puerta a lo inesperado. Lo que en realidad abrió fue una boca. Y tuvo suerte. Allí estaba la lengua, una lengua hermosa que habitaba el centro mismo de la humedad.

J.G. para T.B. (2014)

Beso
by desconocido

El Primer Acto Puro de la Lengua…

A sabiendas de que la creación se producía desde tiempos inmemoriales como un acto del habla, repetía el sonido de su nombre sin pausa y con un extraño fervor frío. El azar, cada día más meticuloso en sus labores, no podía por menos que devolverle en agradecimiento una evidencia: el eco vacío de su ausencia. También quedaba en él, cómo no, una versión refinada y pervertida del recuerdo, que en su caso se concretaba en la evocación de un beso húmedo de buenos días, sin duda, el primer acto puro de la lengua.

J.G. para T.B. (2014)

 

 

Conteo

Conteo regresivo a mi felicidad
a mi felicidad que es tenerte
y que me tengas…
y tu lengua traviesa
y tus manos expertas
y la suavidad inusual de tus pies de hombre.
¡Todo tú volverás a ser mío!

Se está arrimando un día feliz,
donde abandonas la sequedad
de tu centro, por mi mar.
Mi sol se acerca, 
con cada día que pasa
y ahora es él quien me ofrece su fuego
para que arda… y arda
… y vuelva a arder una vez más.

¡Sí!, mi día feliz se está arrimando.

Trancas Barrancas