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Tendrías que haber escuchado…

Tendrías que haber escuchado ese grito…
gestado en la más urgente soledad,
desde las profundidades
de mis entrañas que te nombran,
de mis besos, resecos de esperar tu savia,
de estas noches de insomnio
cavilando tu encuentro.
Tendrías que haber visto toda la libertad
que inundó de luz la estancia,
la vieja mecedora,
mis manos temblorosas.
Tendrías que haber estado tú,
para ensordecerte
con el arco de mi espalda,
con los espasmos,
con la mirada
-clavada en tus pupilas de niño
que ama como hombre-
de mujer plena,
feliz,
imperturbable.
Tendrías que haber escuchado
aquel grito que destrozó el silencio en añicos
… y lo llenó todo.

#vitahayes


by VitaHayes

¡Libre?

(Si nació como una exclamación…
¿cómo fue que aquel grito terminó en el suspiro de una interrogante?)

El grito de mi libertad está contenido
hasta el día en que al abrir mis ojos
me encuentre, frente a frente, con los tuyos.

JcB (Mayo 2011)

Man
by desconocido

Encuentro

(a Julio Cesar P.C.)

Hoy tuve un encuentro con ella. Me miro directo a los ojos como si tratase de adivinar mis más profundos temores y yo le sostuve la mirada, desafiante. Entonces acercándose, me dijo bajito: «sé donde más te duele… no vengo por ti.» Teniéndola así, tan cerca, pude ver como mi propio reflejo en su pupila me miraba con rabia y desprecio. Quise gritar, espantado, pero un punzante dolor me robó el grito.
– ¿Si no vienes por mí, por qué siento que muero?
– Porque hoy vine a buscar a quien ha sido tu vida. Pero tranquilo, he llenado la cuota del día y el futuro está de mi parte.-  Y soltándome de su negro encanto, se marchó carcajeándose la muy pendeja.

¡Cómo te cambia la vida en un instante!
Cómo agota coquetear con la muerte.

TrancasBarrancas

¡Salud!

«… Cuando naufragan la vergüenza y el miedo»
¡A tu salud! (x3)

El grito no nació de improviso. Fue más bien una gestación visceral y provocada, nacida en lo más profundo de todas sus reprensiones. Avanzó lentamente, desde el centro mismo de sus entrañas hasta arropar el corazón y desatarse procaz en la garganta. El estallido interno fue tal, que la boca no pudo apretar los labios ni un segundo más para contenerlo, y le dejó escapar de si, inundándolo todo desde Gavilanes hasta Adrada con su finalmente libre sonoridad. Dicen que en realidad ningún recodo del Valle del Tietar quedó inconmovible ante aquel enardecido estremecimiento.

Trancas Barrancas

Valle del Tietar by T.B.
Valle del Tietar by T.B.

Un «diverti-miento» Kafkiano

No se supo a ciencia cierta desde dónde llegó el bicho aquel. Ahora bien, más allá de toda duda fue el susto que se llevó la negra Domitila, a juzgar por el grito desesperado que lanzó desde la cocina al contemplar, escabulléndose entre sus gloriosas piernas de ébano, aquella enorme y desagradable cucaracha. Tras el alarido siguió la pisada, dejando al pobre bicho aplastado más allá de toda redención… y junto con él toda la sapiencia, ingenio y curiosidad que durante tantos años hubo acumulado el bueno de Frank.

Trancas Barrancas

 

Kafka