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Según la Rutina…

Todo estaba dispuesto según la rutina que con el tiempo parecía haberse establecido a sí misma: la ventana abierta de par en par, la taza humeante de café negro, el bloc de notas del portátil en blanco… todo en su lugar esperando a que las musas volviesen a llenar la  voz que le habita los dedos. Sólo que esta vez esperó… esperó y continuó esperando por días enteros como si las horas se hubiesen detenido justo encima del maltrecho escritorio. Buscó la inspiración por todas partes y nada… ni en los paseos, ni en la música, ni en los releídos versos de sus grandes maestros… ni en la vieja sonrisa de su amor de siempre, ni en sus visitas virtuales por los grandes museos… ni en las impactantes noticias de un mundo en decadencia, o en el cotilleo incesante de los viejos vecinos, ni en los pechos morenos de su amada de turno, ni en el propio dolor tantas veces trasmutado… ¡nada!
Lo intentó todo, pero ni una sola frase coherente vino a llenar el vacío que parqueado frente a él le sostenía la miraba. Entonces supo que finalmente había concluido.

 

by Enem
by Enem Photography

Huesos de poeta

«Hizo una escalera con huesos de poetas para subir al cielo, quitó los ojos a todas sus musas y los esparció en forma de diminutas estrellas para que incluso en la oscura noche ella supiera que la quería, compuso formas con ellas y creó los horóscopos para entretenerla, movió la luna de su órbita para que siempre saliera frente a su ventana, apartó las nubes que impedían la vista, limpió el mar para que brillara reflejando el cielo, ató delfines a la costa, estrellas de mar, corales, pececillos de colores, alguitas verdes… se esforzó…

ella sólo quería que le preguntase cómo estaba…»

*

Voy coleccionar tus huesos para subir al cielo … les sacaré los ojos a tus musas de antes, de siempre, para esparcirlos a modo de estrellas diminutas que iluminen mi noche negra… y me regocijaré en saber que es a mí a quien quieres. No será necesario que reordenes los cielos, ni compongas con ellos cuadros majestuosos frente a mi ventana… deja que ruja el mar, con su voz carrasposa y profunda… y a todos los habitantes de los océanos, imperturbables… no te esfuerces, no finjas… no necesito más allá que el saber que te importa el cómo amanecí cada mañana.

T.B.

 

by Trancas Barrancas
by Trancas Barrancas