«Hizo una escalera con huesos de poetas para subir al cielo, quitó los ojos a todas sus musas y los esparció en forma de diminutas estrellas para que incluso en la oscura noche ella supiera que la quería, compuso formas con ellas y creó los horóscopos para entretenerla, movió la luna de su órbita para que siempre saliera frente a su ventana, apartó las nubes que impedían la vista, limpió el mar para que brillara reflejando el cielo, ató delfines a la costa, estrellas de mar, corales, pececillos de colores, alguitas verdes… se esforzó…
ella sólo quería que le preguntase cómo estaba…»
*
Voy coleccionar tus huesos para subir al cielo … les sacaré los ojos a tus musas de antes, de siempre, para esparcirlos a modo de estrellas diminutas que iluminen mi noche negra… y me regocijaré en saber que es a mí a quien quieres. No será necesario que reordenes los cielos, ni compongas con ellos cuadros majestuosos frente a mi ventana… deja que ruja el mar, con su voz carrasposa y profunda… y a todos los habitantes de los océanos, imperturbables… no te esfuerces, no finjas… no necesito más allá que el saber que te importa el cómo amanecí cada mañana.
T.B.