Soy gorda feliz, mi boca recibe todo con sabrosura. Mi vientre es mi lugarteniente. Mis pies sostienen mi vida, sin pesares. Pero a mí lo que más me gusta es hacer el amor con otro gordo, el de la esquina, y luego dormir con él. Soñar que es mio. Que no me lo quita nadie, porque soy poderosa. Además le cuento chistes de esos bien rojos. Lo tengo. Lo tengo y le cocino con batán mientras pongo música alegre. Me muevo y eso lo aloca. Mi gordo y yo, para que les cuento, somos de esos que llevan la vida chinos de risa. Azúca’ amigos, azúca’.
Aun así, tengo un grupo pequeño, pequeñito, sin los cuales vivir no sería lo mismo. A quienes amo sin mesura, independientemente de sexo, credo y origen; de si son presente o habitan ya tras el cristal impoluto de los buenos recuerdos. Inamovibles, no-negociables, grandes en su diversidad, porque enriquecen mi mundo… Un grupo pequeño, pequeñito, a los que llamo «mis indispensables»… y entre los cuales estás tú.