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¡Ven!

Sabes que todo cuanto necesito es una palabra…

Mi fragilidad tendida sobre la mesa como un alimento, justo al lado del pan, iluminado por la sombra del jarrón con flores que no me toca. ¡Aguarda! No me devores todavía… no sin antes devolverme al mundo de las cosas vivas, con una sola palabra… ¡Ven!

#TrancasB (2015)



Maldito el hombre que cree en el hombre …

 

«Allí donde haya carne…
habrá podredumbre.»
JcB

Yo le invité a mi casa
le tendí la mesa
y preparé su pan
con mis propias manos
a pesar de las sabias palabras
que advirtieron de su melancolía. 
Yo le besé en la frente
y recibí su beso en la mejilla
con la intención aviesa
con el gesto maldito del engaño.
Yo le llamé discípulo,
hijo,
amigo,
hermano…
juntos libamos del vino su amargura.
¡No! La culpa no es suya
es sólo mía…
pues  y
o, preparé su pan
le tendí la mesa
le invité a mi casa.

©M.A.

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by Óscar París, «Desde la Calle»

 

Del Café y la Sabiduría Popular…

«Cuando la vida te deje sin palabras… abrázate al silencio.»
#TrancasB

Meditando, junto a mi taza de café, me asombro en la veracidad de la sabiduría popular… en su infinita sapiencia, siempre a la mano, para todo aquel que de ella necesite. Y permaneciendo aún en el asombro, llega a mi mente aquel refrán que reza: «Al mal tiempo, buena cara». Más fácil decir que hacer… pero pocas veces tan necesario, como el los tiempos que corren.

No nos han dejado el horno para bollos, decía el abuelo cuando «la cosa» apretaba, pero hay que seguir procurando el pan y hasta el plato de lentejas. Y aunque no desesperarse parezca imposible, en estos asuntos de largo plazo, la paciencia es la clave.

Por muy duro que nos resulte, lo cierto es que si nos roban toda esperanza, ahí sí que, verdaderamente, nos han jodido la vida. Buena ocasión la de hoy, para tomarse el café negrito y amargo, como un servidor. ¿Café?

TrancasBarrancas

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by Trancas Barrancas

Del café y el fin de las vacaciones

Los sucedáneos nunca podrán ser mejores que los originales, pero en tiempos en donde falta el pan, hay que comer casabe, (torta seca de la raíz de la yuca o casava).  Que los años nos den sabiduría y conformidad, para distinguir cuál es cuál y para saber que para todo hay un tiempo.

TrancasBarrancas

¡Buenos días amig@s! Ahora es cuando verdaderamente hay que detenerse a reflexionar, para no repetir conductas que nos dañan e intoxican. Dando las gracias por cada tiempo, pues siempre se aprende de ellos… y sabiendo que lo mejor nos aguarda al doblar de cualquier esquina, en cualquier momento, en un día cualquiera. Seguimos con buen pie, a trancas y barrancas.

Por cierto, ¿café?

‪#‎TrancasB

No Almorzo (Gallego)

«E naquel intre experimentei o tremar das miñas ás… decateime do esvarar da miña roupa… e voltei mirar ao chan, embaixo… onde xa as cousas semellaban diminuir a súa intensidade física no afogo da brétema… mais eu… eu voaba espido cara ó paraíso…»

Raúl A. Piñeiro

No almorzo…

Senteime fronte a el co último bocado de pan untado nas mans… e mentres lle lía, -todas aquelas cousas que as palabras non saben dicir-, levei os meus dedos ata a súa boca. Sen deixar de miralo nin un só instante, fun testemuña do acto máis sensual que vivise en moito tempo… cando os seus beizos, inmensos, abríronse para recibir o meu pan, os meus dedos e todo o meu agarimo.

***

En el desayuno…

Me he sentado frente a él con el último bocado de pan untado en las manos… y mientras le leía, -todas aquellas cosas que las palabras no saben decir-, he llevado mis dedos hasta su boca. Sin dejar de mirarle ni un sólo instante, he sido testigo del acto más sensual que haya vivido en mucho tiempo… cuando sus labios, inmensos, se abrieron para recibir mi pan, mis dedos y todo mi cariño.

©V.Hayes para T.B. (2012)

 

Raul Piñeiro Albariño
Albariño by Raúl A. Piñeiro V.

La cola del hambre

Podía imaginarlos, sus cuerpecitos mutilados, de carnes molidas y pieles tostadas. Mezclados con el agua, la sal y el trigo viejo. Los sentía crujir entre sus dientes, revueltos y empapados de su propia saliva. Resultaba imposible ignorar el asco oculto a medias tras la realidad y su metáfora… la cual le impulsaba a llorar en silencio, cada vez que tragaba su anunciada desgracia. En realidad no los veía, pero en cada bocado de pan rancio que se llevaba a la boca, podía imaginarlos.

Trancas Barrancas

by desconocido
by desconocido