Cautividad

 

(a Marisa Bermúdez)

La soga, mira al pie que sujeta y se sonríe. Piensa que es altruista la labor que realiza de mantener atado, lo más cerca del suelo, a su iluso cautivo; quien no termina de madurar y darse cuenta que para volar se necesitan alas. 
El pie… siente crecer día con día la llaga que ella, la soga, marca alrededor de su tobillo; más permanece en silencio, sin quejarse, sin pronunciar ni media palabra. Deseando con todas sus fuerzas, haber nacido boca.

©V.H. para T.B. (2013)