Del Café, Etiquetas y Categorizaciones…

(… a G.R.H.)

Alguien me dijo hoy: «no tienes porqué poner etiquetas a todas las cosas. No todo puede categorizarse.» Y lo que parecía una frase sin mayor profundidad dentro de una conversación de esas que sostienes bajo la calidez de las sábanas… me había dado, sin saberlo, la llave que abría paso a una reflexión que llevaba atorada en lo más hondo, hacía ya demasiado tiempo.

Soy ingeniero, eso es un hecho. El pensamiento lógico-matemático ocupa un porcentaje de cincuenta y uno dentro mi cerebro -contra el cuarenta y nueve del hemisferio artístico-creativo- eso no es un hecho, sino el resultado de un test de marras de esos que pululan por las redes sociales- pero ya sea suposición o realidad, lo cierto es que tengo una tendencia al análisis que por momento me resulta muy fastidiosa.

Y es que no todas las cosas tienen explicación ni la necesitan… sobre todo cuanto se pisa el terreno de la conducta humana. No todo ha de analizarse a profundidad, clasificarse y -antes de guardarlo en el cajón correspondiente- colocarle una etiqueta. La disección de los dilemas y circunstancias que nos presenta la vida, no tiene que ser meticulosa ni mucho menos exacta. O como diríamos en buen dominicano: «no a to’a cosa hay que darle mente».

Yo, en mi intención de racionalizar los comportamientos, he olvidado que existe algo llamado locura -temporal, permanente o poética (esta última es prácticamente incurable)- que a pesar de aparentar en si misma una clasificación más, no suele ofrecernos mayores explicaciones ni menores consuelos. ¡La locura es y está!, (ambos verbos activamente participativos). Llega sin invitación alguna, se instala sin pedir permiso y aunque sea durante breves instantes, a todos nos ha brindado una visita, en su momento.

Yo, personalmente, suelo verla como la creadora de todas esas excepciones que confirman la regla dentro del comportamiento humano… de esos seres humanos que van por ahí desentonando con «las normas» que un pendejo pautó convenientes, no se sabe con cuáles intenciones ni mucho menos en beneficio de quien.

Lo cierto es que la gente «pierde la chaveta» y comienza a actuar de un modo que nos resulta extraño, inusual, errático… sobre todo cuando se conoce la línea de actuación de dicho individuo. Y tú, testigo improvisado, te quedas ante el hecho descolocado, patidifuso y más confundido que una brújula apuntando al sur.

Entonces, ¿qué hacer cuando la vida te pone de testigo ante esa clase de disyuntiva? ¿Buscar explicaciones o acaso pedirlas? ¿Sacudir al sujeto frenéticamente o darle una bofetadas de película para que vuelva en si? ¿Recordarle que debe tomar sus medicamentos? ¿Agazaparse en un rincón apartado y romperse el coco tratando de entender lo imposible? ¡No! Ninguna de las anteriores. Simplemente dejamos fluir. Se sueltan esas amarras imaginarias con las que solemos «aprisionar» a las personas que nos importan y les dejamos ir.

Como reza un letrero que leyera por ahí: la vida es mucho más sencilla de lo que parece… si tiene hambre, coma; si tiene sueño, duerma; si necesita decirme que me quiere, ¡dígalo! Y si necesita un abrazo, aquí me tiene… los complicados, somos realmente nosotros.

Amigos tranquer@s, esto que llamamos VIDA dura tres días… y para los que cuentan con mis años, ya van dos. Vamos a deshacernos de todo aquello (persona o cosa, los animales rara vez dan problemas) que nos intoxica la existencia. Y al dejar ir, no nos preguntemos por qué el otro actúo como lo hizo, (motivaciones, filias y fobias están presente en cada uno de nosotros), simplemente cortemos con los análisis, etiquetas y clasificaciones que al final son tan fútiles como innecesarios y dejemos fluir. Y si no fluyen, persona o situación, hagamos como el león Melquíades: huyamos hacia la derecha. Jejejeje!

Si a su café de hoy, le acompañó un sutil y agradable olor a rosas… fuimos nosotros. A modo de recordarle que en las cosas que parecen más insignificantes, se esconden los grandes tesoros del vivir. Y que en esta nueva semana que da inicio, las prisas no se coman sus ganas. ❤

P.D.
¡Ah! Y recuerde, por más que usted crea que sí, ¡no! No todo el mundo está preparado para conocer la verdad.

TrancasBarrancas
#TrancasB

Café con Rosas
by desconocido

 

No lo permitas…

No me permitas.

No me permitas despojar al alma
de todas sus caricias,
no me permitas,
que mi llama en calma
prenda fuego en las noticias
que anuncian tus labios de arpa,
no me consientas,
que me atreva a insinuarme a tu falda
trepándote como hiedra
en una lenta suavidad inconformista,
no me lo permitas,
ni aunque el calor de los cuerpos
separados por una punta de aguja
haga sentir que nuestro sudor se estruja
mientras se encuentran nuestros alientos,
no me permitas probar tu alimento,
no me consientas,
ni en broma siquiera
impregnar mi pupila en tus ojos
y que vuelvan a nacer estos despojos
que la luna tiro aquí afuera,
porque si me dejas…,
si me dejas…,
no me lo consientas,
volver a ser primavera
y brotar de mi boca a tu ombligo,
deja que la soledad pueda conmigo
y que sea lo que dios quiera,
porque si me dejas…,
si me dejas…,
ni el mar profundo contendrá mis llamas
y verás devastado todo entre cenizas,
déjame aquí hecho trizas
y olvida este camino por el que vagas,
no me lo consientas,
nunca me lo permitas.

Ángel Teijeiro G.

No Lo Permitas
by desconocido

Tripleta Franciscana… I

Donde otros miran, yo veo.
Yo traspaso las capas de piel,
de carne, de huesos…
hasta llegarte al tuétano.
No discierno nada… ¡ni mierda!
pero te veo… invisibilidad incluída,
y por ello están conmigo
a salvo todo tu misterio.
#FJGonzález

by thefolkproject
Cortesía de TheFolkProjekt

*

Cuando la decadencia llega hasta ti sin mayor prisa y cierta condescendencia, queda tiempo para esbozar una sonrisa nostálgica ante la belleza que se va, pero aún permanece.
#FJGonzález

Decadencia
by desconocido

*

Eran tiempos de amor… eran tiempos de guerra.
#FJGonzález

by Verena, 2015
by Verena, 2015.

Lenguaje del Misterio…

Así como para muchos las artes son el lenguaje de lo hermoso… para unos pocos los números, son el lenguaje del misterio.

#TrancasB

Adobe Spark-63.jpg

*

“Ibn Al Hazen fue la primera persona en establecer las reglas de la ciencia. Creó un mecanismo corrector de errores, una forma sistemática e implacable de colar las ideas equivocadas de nuestro pensamiento: “Encontrar la verdad es difícil y el camino hacia ella es arduo. Como buscadores de la verdad, sería sabio no emitir un juicio y no confiar simplemente en el escrito de los antiguos. Uno debe cuestionar y examinar críticamente esos escritos, desde todos los ángulos. Uno debe someterse sólo a los argumentos y a los experimentos, y no a los dichos de cualquier persona… porque todos los seres humanos somos vulnerables a todo tipo de imperfecciones. Como buscadores de la verdad, también debemos sospechar y cuestionar nuestras propias ideas, mientras conducimos nuestras investigaciones, para evitar caer en prejuicios o pensamientos descuidados. Sólo entonces la verdad les será revelada.» – Cosmos

Un Ángel en mi Cama…

 

Llegó extenuada de la calle y comió poco, de pie y con algo de prisa, la comida que no tuvo oportunidad de probar al mediodía. Se recostó a mi lado, en silencio, mientras me convidaba a una galleta de avena con pasas para la cual sí conservó algo de apetito. Colocó su cabeza tan cerca de la mía, que podíamos escucharnos la masticación el uno al otro, y sentir las quijadas rozarse entre sí… necesitaba calor, yo sonreí.
Siempre que se recuesta de mi pecho, se queda dormida instantáneamente, como un reflejo casi infantil, como si la madre la hubiese acostumbrado a dormirse en su pecho tibio todas las noches… ¡quién sabe!, quizás sí… pero llevaba puesta todavía la ropa de la calle.
No quería despertarla, luce tan serena cuando está dormida… tan serena como aquella primera noche que mis ojos se posaron en su rostro de niña. Temía despertarla, así que delicadamente transferí su cabeza al almohadón de plumas… y despacio desabroché su sostén, -porque sé que compra una talla más pequeña que la suya, aunque nunca lo ha admitido-, apenas sintió nada.
Bajé el volumen del televisor, apagué la luz principal y coloqué el ventilador estratégicamente para que la brisa la refrescara, sin darle de lleno en la cara; luego me alejé tres pasos, del borde de la cama, para contemplar extasiado… a mi ángel dormido.

©Jc Brenny (2013)

by Leonardo DaVinci
by Leonardo DaVinci

 

Neuroeconomía…

Levanta la cabeza
y quita la vista de tus pocas miserias,
para que veas al mundo
cómo llora lágrimas sin sal
ni condimentos…
para que veas aquellos
que siembran tomates y mazorcas
para no morirse
del hambre que nutre la indiferencia,
y el olvido de las manos vacías
e improductivas
en la neuroeconomía de los mercados.

Procura contar tus bendiciones,
las tres calientes
y el abrazo,
que hasta ti se trepa por las noches
entibiándote el alma.
Cierra esas palmas que miran al cielo
y extiende las manos
en puños que sostienen.
Deja de llorar
lágrimas gordas de sal y cariño
…. y da sin tregua,
a los impronunciables,
a los indeseados,
a los que el mundo va olvidando
a la vera del camino…
tienes uno en cada vuelta de esquina…

… sólo así se alcanza.

©Vita Hayes (2013)

by Aernout Overbeeke
by Aernout Overbeeke