«Pocas cosas como el dolor, para darle a la vida una nueva dimensión…
y una perspectiva completamente distinta.» Jc. Brenny
Eres la eterna soledad que me acompaña
y la cuna de todas mis nostalgias…
las que un día se levantaron con el viento
mientras les deshojaba, preguntándome
por un futuro que nunca veríamos cambiar.
Fueron todas a morir contigo,
a ese gris de ausencia que se posa
sobre todos mis recuerdos de ti.
¡Y te amo! Te sigo amando como la primera noche
en que te fuiste a dormir a mi lado de la cama.
Te amo en la memoria de cada abrazo último
que se entrega a la salida de cualquier aeropuerto…
para celebrar tu sonrisa y tus hombros anchos.
Pero me duelen… todos los besos que colgados
se enfriaron a la espera del nunca jamás.
La vejez que no viviremos,
los hijos que no malcriamos juntos
tus canas que nunca serán, y las mías que no llegan.
Las notas del piano que todavía aguardan por tus dedos…
y las de mi guitarra que enmudecieron
antes de hacerse música.
Todavía me duelen… las risas que siguen dormidas,
porque eran para reírlas contigo… ¡hermano!
©V.Hayes (2013)