Archivo de la etiqueta: VidaGrande

UN DÍA INOLVIDABLE…

Si no me besas, no daré un paso más. Y detuvo de improviso nuestra caminata. Mis enormes ojos se desorbitaron de incredulidad al ver cómo se plantaba frente al Palacio de Oriente, estratégicamente ubicado junto a una de las terrazas, desde donde le llegaba el rocío de agua con el que refrescan a los comensales en el abrasante verano madrileño. ¡Pero estamos en medio de la calle! Repliqué. Volvió a mirar hacia el pequeño abanico que justo en el momento le entregaba otro beso de rocío, y tras pintar esa sonrisa distémica con atrevida premeditación contestó: ¡me puedo pasar aquí toda la tarde! Y se encogió de hombros.
No te lo puedo creer… todos nos están mirando. Si no me besas, no daré un paso más; quiero que el mundo sepa que eres mía, VidaGrande…y este me parece un buen lugar para comenzar. Entonces le besé. Y me besó. Y nos besamos frente a transeúntes despreocupados y comensales curiosos, a quienes descubrimos sonriendo cuando aquel beso infinito concluyó. ¡Vamonos de aquí! Dije con un rubor indistinto entre calor y vergüenza. Pero si hemos llegado… justo aquí está reservada nuestra mesa. Completamente despreocupado, señaló hacia la esquina más próxima a nosotros, donde precisamente nos esperaba la única mesa vacía.
Allí nos sentamos, tomamos un aperitivo, comimos unas tapas. Allí vimos caer la tarde de domingo y sentí cómo poco a poco se desvanecían primas vergüenzas y culpas ancestrales. Allí, donde me besé en público por primera vez… en total libertad.

#vitahayes

by Teté Marella

Infortunio…

Es cierto, ahora soy el reducto de una historia que se narra en pasado. La sonrisa que nace en tus labios tan sólo para morir a los pocos segundos, porque es peligroso dejarla vivir más… hasta el punto en donde la piel se achina y los poros se abren a una, para recordarte que por dentro sigues aterido de miedo. ¡Sí!, soy el nombre que se escapa entre la queja y un gemido, cuando estallas mis orgasmos dentro de otra, y otra, y otra más… ese que pronuncias tan bajito, tan quedo, que sólo yo, al otro lado de la vida, puedo escucharlo. Soy la puta nada, el silencio que duele, la ausencia que en el atardecer dilata tus pupilas, para que puedas verme en cada sombra que te habita. ¡Oh sí!, aquel mismo infortunio que tu maldices y que a mí me hace sonreír cada vez que te pienso
… porque que fue
… porque fuimos.

#TrancasB

by Hengki Lee
No saben de ti – Andrés Suárez